Quisiste
serlo todo y te fuiste sin nada. Se ve que no llegas. Y es que duele
porque no, no llegas...
Y
yo te espero entre tanto tonto queriendo curar cosillas que me
rompiste dentro y que, en su momento, me arreglaron. Te regalo lo que
soy si me devuelves lo que fui. Sin rencores. Sin recibos. Que tus
besos cuestan y cuentan que aún no me he ido, pero que estoy muy
lejos. Que nunca llegué a estar. Que tengo miedo de perderme y que
no vengas a encontrarme, pero eso ya lo sabes. Y no lo haces... Y como
no dices las cosas de decir y haces las cosas de no hacer, supongo
que se te olvidaron mis costillas, mis cosquillas, tu pelo entre mis
dedos... Y claro, a mí me mueres.
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