Empezaba por el principio,
con esos labios tiernos que me volvían loca.
Recuerdo recorrer todo tu brazo o espalda sin poder llegar hasta el final,
"que cosquillas tan agradables el tenerte aquí a mi lado".
Seguimos;
sendero de la esperanza, de lo interminable, de lo perfecto,
una simbiosis, de tú más yo, de ecuación super simple, de una sola incógnica: ¿dónde dejo la ropa?
Y una vez realizados los calentamientos previos al ejercicio
ya todo vale,
ahora arde Troya.
ahora arde Troya.
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