sábado, 10 de marzo de 2012

XL

Parece increible,
de serlo todo a resultarme invisible.


Pezones poco pronunciados de color rosado
me resbalo, cayendo por ese canal sagrado,
pude agarrarme de una mano al piercing de tu ombligo
gracias a que fue regalo mío me mantiene vivo.
Paro en tu vientre, me aferro al metal con los dientes
doscientosveinte, nena ya noto la corriente,
sabes que me cuesta bastante actuar con disimulo
y que me encanta empezarte a comer por el culo.
Eres mi religión, mi credo y yo muero por ello
igual que muero en tu sexo de fino vello
nunca una mujer estuvo tan suave y tu lo sabes
mira, me han llevado en globo pero nunca en nave,
tú tienes la clave del vuelo pa' mis viajes astrales
tú me enseñaste los lenguajes manuales
con tus manos de niña pequeña y tus nuevas uñas orientales,
la perdición de los mortales.

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