Siempre estuve muy segura de que, si se pudiera, seríamos para siempre, pero ahora que podemos serlo tengo dudas.
Dudas de mi felicidad, de mi fidelidad y de mi amargura casi tanto como yo lo hago y te preocupa perderme justo ahora que has apostado tanto por nuestro "esto".
Esto es algo que crece día a día, sin querer y queriéndonos demasiado.
Demasiado hemos esperado para hacernos de cristal: rígidos, bellos y grandes, pero fácilmente destructibles... y eso es algo que me da bastante miedo.
Pero el miedo es la señal más brillante de que vamos por buen camino, cuesta abajo y sin frenos.
Sólo tenemos que no chocar.
Suerte que me des alas.
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